Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, según sus siglas en francés) esperamos un crecimiento de 7 mil millones a 9 mil millones para el 2050 con un crecimiento de casi cuatro veces en la economía mundial; lo cual traerá una creciente demanda de energía y de recursos naturales que apoyen el crecimiento estable de las poblaciones e industrias y el aumento del nivel de vida de miles de millones más.

La industria de la energía se enfrenta a un complejo conjunto de retos: la ampliación del acceso a la electricidad a más de mil millones de personas en todo el mundo que viven sin luz, y proporcionar energía suficiente para apoyar el crecimiento estable y los niveles de vida para miles de millones de personas. Todo esto se suma a la necesidad de garantizar procesos sustentables de generación de energía, que mejoren la eficiencia a través de una cadena de valor cada vez más multidimensional que incluya las posibilidades que abre la tecnología digital.

Este movimiento está atravesado por tres tendencias que se refuerzan mutuamente:

  1. Internet Industrial: combina grandes volúmenes de datos y estadísticas almacenados en la nube con maquinaria industrial, lo que permite una mayor eficiencia y un mayor rendimiento operativo. Esto ya está teniendo un impacto significativo en la administración. El siguiente paso es la digitalización de la generación, el consumo y la distribución de energía.
  1. Fabricación Avanzada: entrelaza diseño, ingeniería, fabricación, cadena de suministro, distribución y servicio en un sistema inteligente, que permite mayor velocidad y flexibilidad a un menor costo. Este método está transformando la forma en que se fabrican equipos críticos, como las turbinas que funcionan a gas o viento.
  1. El Cerebro Global integra la inteligencia colectiva de los seres humanos en todo el mundo a través de la comunicación digital, lo que permite el desarrollo crowdsourcing y a un ritmo mucho más rápido de innovación.

Estas tendencias están cambiando la naturaleza de las economías y borrando los límites entre la producción y el servicio, y están comenzando a ofrecer una mejora sustancial en la productividad y la eficiencia de las empresas e incluso industrias enteras.

En cuanto a la industria de la energía, las innovaciones digitales ya están introduciendo algunos cambios y transformando parte de éstos desafíos en oportunidades sin precedentes. Sin embargo, la penetración aún es limitada. La industria necesita desarrollar una estrategia que habilite una nueva cadena de valor aumentada e interconectada por las tecnologías digitales.